Queridos amigos

Voy a comentarles que los cuentos para el alma se renuevan todos los miércoles. Todos los miércoles tendrán la posibilidad de leer un nuevo cuento escrito por mi que les renovará las ganas de encontrarse con ustedes mismos, y les elevará el alma... Gracias...

martes, 30 de noviembre de 2010

La sed de conocimiento

Cuenta la historia, que en el principio de los tiempos las bestias rondaban la tierra. Solo un animal permanecía indefenso en comparación de los demás, era un animal al que todos llamaban: “el hombre”.
Todos los animales sintieron pena por el hombre, de modo que organizaron una ceremonia alrededor del gran fuego de la vida. Todos los animales, incluido el hombre, se encontraban allí. El gran búho sabio le dijo al hombre: ¿Que necesitas para poder sobrevivir?, a lo cual el hombre respondió: ¡Fuerza!; y la fuerza se le fue otorgada.
¿Que más necesitas?, le preguntó el búho, ¡Rapidez!, dijo el hombre. ¿Qué más necesitas?, preguntó nuevamente el búho, ¡Inteligencia!, dijo el hombre.
Todo fue pidiendo, y todo se le fue otorgado en el transcurso de la noche.
Cuando las cenizas del fuego comenzaban a apagarse, todo se le fue entregado al hombre; fue entonces cuando el gran búho dijo: Ya nada podemos darte, todo ahora es tuyo. El hombre con fuego en la mirada dijo: ¡¡quiero tu conocimiento!!... El búho lo miró, y tristemente dijo: El conocimiento no se regala ni se otorga, se gana; y se lo gana uno mismo.
En ese momento, un gran agujero se creó en el pecho del hombre, un agujero de una gran negrura en lo que alguna vez había sido su blanca alma pura, un agujero que lo acompañaría durante toda su vida.

Todos tenemos un agujero negro en nuestras almas, un agujero que ansía conocimiento y tiene sed de sabiduría… Nuestra más grande batalla es con nosotros mismos, y la única forma de borrar ese horrible agujero es deseándolo de corazón, la única forma de borrarlo es siendo puro de corazón, para así de esa forma lograr purificar nuestra alma…

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Sol y El Viento

La naturaleza del hombre conlleva la competencia. El hombre debe mostrar su superioridad en todo momento y en todo lugar. Pero las competencias van mucho más allá del nacimiento del hombre.
Un día el viento y el Sol se propusieron una competencia entre ellos: Era una tarde de invierno de mucho frío en las montañas nevadas de “Quién sabe donde”, cuando un hombre apareció con un gran abrigo. El viento le dijo al Sol: mira a ese hombre, soplaré tan fuerte que lo despojaré de su abrigo. El Viento sopló y sopló, pero mientras más soplaba más se aferraba el hombre al abrigo; el Viento sopló por horas, pero el hombre nunca dejo su abrigo caer. El Sol, quien en todo momento se había limitado a oír y observar, subió a lo más alto del cielo, y en su punto cúlmine… sonrió. Aquél hombre que se encontraba sujetando su abrigo sintió un gran calor que recorría poco a poco su cuerpo, miró al cielo, igualmente sonrió y se quitó su abrigo.

Muchas veces los hombres competimos por ego, y creemos que la manera de ganar dichas competencias es a través de la fuerza, pero la realidad es que debemos permanecer callados, observar y actuar de la manera más inteligente y armoniosa que se pueda…

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Nunca dudes de Dios

Fuertes eran los pasos que se escuchaban a lo lejos, en medio de tanta oscuridad, en medio de tanto silencio. No eran los pasos de una sola persona, sino los pasos de muchos. Un búho a lo lejos era el único testigo de lo que sucedía: un indio era perseguido por varios indios con malos pensamientos; hacía días y noches que los hombres corrían y corrían. El indio a quien perseguían, un pobre niño que ninguna maldad poseía, encontró una caverna y corrió a su interior. Sus perseguidores a lo lejos le seguían los pasos, uno tras de otro.
El joven indio corrió en el interior de la cueva, hasta que se vio atrapado en una pequeña cavidad sin salida, y escuchando los pasos a lo lejos miro hacia arriba y susurrando dijo: Dios, no me abandones ahora, por favor te suplico que me libres de estos malos hombres; al momento de decir eso una pequeña araña bajo de las rocas y comenzó a tejer su telaraña. Una vez que la araña terminó de tejer sus filamentos, el niño la miró y asombrado dijo: Dios, me has fallado, te pedí que me ayudaras y tan solo esto has hecho. El joven solo esperó a que sus perseguidores lo atraparan cuando ellos llegaron, esperaron, miraron y dijeron: Vámonos, no esta aquí. Si hubiera pasado por aquí hubiera tenido que romper la telaraña…

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuentos para el alma

Queridos lectores, quiero darles la bienvenida a este sector del blog. Aquí les presentaremos semanalmente cuentos que he titulado: "Cuentos para el alma". En dicha sección ustedes podran leer redacciones que yo mismo he escrito con la intención de que lleguen a lo mas profundo de su ser, cuentos que les ayudaran a entender la vida de otra manera, cuentos que les ayudaran a encontrarse con ustedes mismos.
Sin más que decir les envío mucha luz para que puedan ser felices...

La muerte y el Viento

Un largo pasillo se esbozaba en medio de una oscuridad sin comienzo ni fin. El pasillo se vislumbraba gracias a la luz tenue de algunas velas y la luz brillante de otras. Solo “algo” transita lentamente por ese pasillo, algo que no camina pero avanza, algo que no tiene vida, pero no esta muerto, algo…algo….la muerte es quien transita por dicho pasillo.
Algunas veces detiene su marcha, se posa frente a una vela, moja sus fríos y esqueléticos dedos, y apaga su llama; esas velas suelen ser velas grandes y con rebabas de cera, pero otras pueden ser velas pequeñas, con llamas que recién comenzaban a alumbrar.
Otras veces la muerte no se detiene, pero al pasar desprende un viento frío pero seco, el cual apaga las velas como secuela.

Nuestras vidas son como las velas, nosotros elegimos nuestro destino y como vivir nuestras vidas, pero cuando el alma debe abandonar nuestro cuerpo, simplemente lo hace, sin paradas, sin tomarse tiempos, sin pensar, solo se eleva y se va…


Por favor sean tan amables de comentar, Gracias.

Medium Espiritual - Ayuda para el alma

Muchos son los intrigantes en este mundo, en esta realidad…acerca de otras realidades.
Para empezar, en este espacio les diremos que existen dos planos importantes en los cuales haremos hincapié: el plano físico y el plano espiritual.
El plano físico, es el plano en el cual nos mantenemos ocupados día tras día, un plano que todos conocemos y en el cual nada nos intriga; pero existe a la vez el plano espiritual, un plano donde las almas de las personas no pueden descansar y permanecen vagando. Muchas veces esas almas solo deambulan por dicho plano, sin saber que han muerto, otras veces las almas necesitan ayuda y es en ese momento cuando intentan llamar nuestra atención; y por último se encuentran aquellas almas que han sido malas en el plano físico, y son almas malas en el plano espiritual, con lo cual solo quieren molestar a la gente…en el mejor de los casos.